¿Qué es una hidalguía?

Este es la manera «familiar» de referirse a un expediente de hidalguía, un preciado documento jurídico que certifica que el poseedor de un apellido determinado es hijodalgo, esto es, tiene condición de noble. Al margen de la ilusión que pueda hacer a alguien descubrir que su familia posee esa consideración social, siglos atrás nuestros antepasados se empeñaban en conseguir este documento por motivos bastante pragmáticos. Los hijodalgos estaban exentos de pagar impuestos y de ir a la guerra si eran llamados a filas, o de pagar a alguien para que fuera en su lugar. La hidalguía de sangre viene determinada por ser descendiente de una casa solar vasca. Esta es la clave. Durante siglos ha sido muy común que descendientes de vascos residentes en otros territorios pagaran por conseguir este certificado, dando fe de que sus ancestros procedían de una casa solar situada en Bizkaia o Gipuzkoa con su palabra y los testimonios de vecinos que lo confirmaran ante un juzgado. Además de cumplir esa misión, estos expedientes resultan muy interesantes por la abundante información genealógica que proporcionan sobre diversas generaciones de las familias. El texto de las hidalguías incluía siempre una fórmula que hoy nos resulta tremendamente ofensiva y xenófoba, y que cimenta la condición noble de una persona en su «limpieza de sangre». ¿Cuándo se considera que una familia tiene la sangre limpia? Cuando “su linaje está libre de moros, judíos y toda mala raza”. ¡Así se redactaban estos documentos hace unos siglos!